Surma. Valle del rio Omo en Etiopia

Localización

Los surma se sitúan en el suroeste de la región etíope de Kafa Region, cerca de la frontera con Sudán. Entre 800 y 1000 de altitud. También el sur de Sudán, en la llanura de Boma, cerca de la frontera etíope. Así mismo se denominan ellos se llaman a sí mismos Dama u Dhuak. Su idioma, el suri, es parecido al de los mursi.

Ganadería, agricultura y furtivismo

Sus rebaños de vacas son su riqueza principal. En segundo lugar se sitúa la agricultura. Los problemas que para el pastoreo ha originado la guerra civil en Sudán, y la facilidad para la adquisición de armas automáticas les ha llevado a practicar la caza furtiva, habiendo sido acusados , juntamente con los Nyangatom, durante los últimos años de estar acabando la fauna salvaje de la región. Entran en los Parques Nacionales, moviéndose con libertad ante la impotencia del personal de los Parques, escasamente preparados y mal provisto de medios de defensa.

Sociedad y tradiciones. El plato labial

Mantienen orgullosamente sus tradiciones, a pesar de los intentos de los gobiernos para que se adapten a las formas de vida generales. Como las mujeres mursi, las surma llevan platillos de arcilla cocida que se implantan a partir de los veinte años. Para ello, agujerean en labio inferior, donde colocan un platillo pequeño que, con el tiempo, van poco a poco cambiando por platillos cada vez más grandes. Es un adorno corporal que tiene su importancia en el momento del matrimonio: cuanto mayor es el platillo que porte la novia, su familia tendrá la oportunidad de pedir una dote mayor, generalmente, consistente en cabezas de ganado.

La lucha de palos

Entre noviembre y febrero, los jóvenes se dedican a su deporte favorito, el Donga, un tipo de lucha con largas varas, ,denominadas Donga, en el que se juegan el prestigio de su comunidad y la posibilidad de celebrar un buen casamiento.
Otra de las características de los surma, al igual que algunos de los pueblos vecinos, es su gusto por los adornos corporales. A penas si llevan ropa, pero, en cambio adornan todo su cuerpo con pinturas. Se cree que esta costumbre, que hoy día, la mantienen como mera decoración, en otro tiempo, tuvo un carácter intimidatorio hacia otros grupos étnicos enemigos. De hecho, los hombres llenan sus cuerpos de pies a cabeza con los más diversos trazados geométricos (a menudo muy diferentes, a base de lineas serpenteantes, horizontales, verticales, formas redondas y planos diagonales). Para conseguir ese efecto, pintan todo su cuerpo con tiza blanca mezclada con agua, a veces mezcladas con ocre, o otros tintes obtenidos de la tierra. Luego, con las yemas de los dedos van quitando partes de esa pintura, creando arte así en la piel.